¿Sabías que… … hubo una época en la que un barco podía tardar hasta 7 meses en cruzar el Pacífico y, aun así, era la ruta comercial más rentable del mundo? |
En 1565, el navegante español Andrés de Urdaneta, logró una hazaña que cambiaría la historia: descubrir la ruta del tornaviaje, permitiendo una conexión estable entre Asia y América. Así nació el Galeón de Manila, la arteria comercial que durante 250 años unió tres continentes: Asia, América y Europa. Estos imponentes barcos, de hasta 2,000 toneladas y con más de 1,000 pasajeros, atravesaban el Pacífico cargados de seda china, porcelana, especias del sudeste asiático y marfil indio. Tras llegar a Acapulco, las mercancías se distribuían por la Nueva España y luego partían a España. En sentido contrario, toneladas de plata mexicana viajaban hacia Asia, financiando el comercio oriental y fortaleciendo al Imperio Español. Pero no todo fue bonanza. El viaje de regreso a Manila tomaba entre 5 y 7 meses, plagado de tormentas, enfermedades como el escorbuto y la constante amenaza de piratas como Thomas Cavendish, quien saqueó el galeón Santa Ana en 1587, llevándose uno de los botines más grandes de la época. El Galeón de Manila no solo impulsó la economía, sino que también transformó la cultura. Introdujo productos asiáticos en México, influyó en la gastronomía, el arte y la arquitectura, y fue uno de los primeros ejemplos de globalización temprana. Aunque su historia terminó en 1815, México sigue ocupando un lugar estratégico en el comercio entre Asia y América. Las rutas actuales reflejan los flujos que esta histórica red estableció hace siglos. Hoy, la tecnología ha cambiado la velocidad y la eficiencia del comercio, pero la esencia sigue intacta: conectar mercados, optimizar rutas y potenciar el intercambio global. |
